Qué es un ataque de pánico y cómo identificarlo
Síntomas físicos y sensaciones comunes en ataques de pánico
Un ataque de pánico es una respuesta intensa del cuerpo ante una amenaza percibida, aunque esta no sea real. Se presenta de forma repentina, sin previo aviso, y genera una sensación abrumadora de miedo. Entre los síntomas más comunes se encuentran la taquicardia, hiperventilación, sudoración, mareo, temblores, opresión en el pecho y una desconexión del entorno.
Muchas personas creen que están sufriendo un infarto, que van a desmayarse o que están perdiendo el control. Aunque el episodio dura entre 5 y 20 minutos, la sensación de angustia puede extenderse más allá del momento puntual.
Impacto psicológico y miedo anticipatorio
Después de experimentar un ataque de pánico, es habitual desarrollar miedo a que vuelva a suceder. Este temor genera conductas de evitación, lo que puede derivar en un trastorno de pánico si no se aborda.
No siempre hay un desencadenante claro. A veces se relaciona con una acumulación de estrés, ansiedad o emociones reprimidas. Otras veces aparece sin causa aparente. En cualquier caso, los síntomas son reales y requieren atención psicológica adecuada.
La importancia del acompañamiento profesional
Muchas personas recurren a la psicología individual después de sufrir uno o varios ataques de pánico. La terapia ofrece un espacio seguro para comprender qué está pasando y cómo afrontarlo.
A través de la terapia psicológica para adultos es posible trabajar en los factores que originan y mantienen la ansiedad. Se pueden detectar patrones de pensamiento negativos, situaciones desencadenantes o emociones bloqueadas. Esto permite reducir la intensidad de los episodios y recuperar la seguridad.
Cómo tratar los ataques de pánico desde la psicología
Enfoques terapéuticos efectivos
Existen varios enfoques que se utilizan en terapia para tratar los ataques de pánico. Uno de los más eficaces es la terapia cognitivo-conductual. Ayuda a identificar los pensamientos distorsionados y a desarrollar respuestas más realistas ante los síntomas.
También se emplean técnicas de exposición progresiva. Estas permiten reducir el miedo a las sensaciones físicas asociadas al pánico. Además, se incorporan ejercicios de relajación, control respiratorio y entrenamiento en atención plena para favorecer la autorregulación emocional.
Psicoterapia humanista y validación emocional
Desde un enfoque humanista, se trabaja con la escucha empática, la expresión emocional y la validación del malestar. Este tipo de acompañamiento favorece que la persona comprenda su historia personal y sus necesidades emocionales.
La terapia no solo se centra en eliminar los síntomas. También busca fortalecer la autoestima y mejorar el vínculo con uno mismo, lo que repercute directamente en el bienestar general.
Opciones presenciales y online para tratar los ataques de pánico
Hoy en día, muchas personas optan por la psicoterapia online como alternativa cómoda y accesible. Es especialmente útil cuando el miedo al entorno impide acudir a consulta presencial. Ofrece los mismos beneficios y permite empezar el proceso desde un entorno seguro.
Durante la terapia, se abordan aspectos como la autoexigencia, la evitación y la autocompasión. El objetivo es que la persona recupere la calma, la seguridad y el control sobre su vida. A medida que avanza el proceso, también mejora la salud emocional en general y se fortalecen los recursos personales.